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El deporte puede ser considerado como una de las actividades promotoras en materia de salud y calidad de vida. Sus muchos beneficios transcienden los factores estéticos, como comúnmente se ven. Los beneficios de un entrenamiento de resistencia moderado, son probados como auxiliares en el tratamiento de la hipertensión, la osteoporosis y la diabetes, también en la lucha contra la sarcopenia (pérdida natural de masa muscular debido a la edad), en la corrección de problemas posturales, en el aumento del metabolismo, la pérdida de peso, el fortalecimiento del sistema inmunológico, en mejorar los patrones de ventilación, así como en mejorar el estado de ánimo, la libido y la autoestima.

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Sin embargo, nuevos hallazgos han atraído la atención de la comunidad científica en relación con el entrenamiento de resistencia. Estudios recientes han demostrado la eficacia de la actividad física en el retraso del envejecimiento humano, un hecho que ha llevado a algunos de los investigadores pioneros a ganar el Premio Nobel de Medicina en 2009 (Falus, Marton et al., 2010). Actualmente la longitud de los telómeros, especialmente los glóbulos blancos (leucocitos) han sido identificados como marcadores fiables del envejecimiento humano, (Gilley, Herbert et al 2008 LaRocca, sellos et al .. 2010), hecho muy interesante, ya que no siempre nuestra edad cronológica, corresponde a nuestra época bioquímica.

Los telómeros son estructuras compuestas por filas de ADN, que forman las extremidades de los cromosomas. Su función principal es mantener la estabilidad estructural de los mismos, funcionando como protectores para que las informaciones genéticas (ADN) sean perfectamente copiados cuando se duplican. Cada vez que se dividen los telómeros son ligeramente cortados, ya que no se regeneran, llegan a un punto que son tan cortos, que no son capaces de realizar correctamente la replicación de los cromosomas, haciendo que la célula pierda parcialmente su capacidad de división, lo cual, puede ser descrito como un mecanismo de envejecimiento propiamente dicho.

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Los estudios han demostrado que el ejercicio de resistencia asociado con las dietas ricas en antioxidantes protegen los telómeros, manteniéndolos largos por mas tiempo (Krauss, Farzaneh-Far et al. 2011, Du, Prescott et al. 2012, Kim, Ko et al. 2012, Ludlow, Witkowski et al. 2012), lo cual desencadena un retraso en el proceso de envejecimiento.

La investigación demuestran no sólo datos de tiempo, sino también la calidad y esperanza de vida en el futuro, ya que los telómeros más largos pueden ser señal de corta edad asociada a los hábitos saludables, así como los telómeros más cortos están asociados no sólo al envejecimiento, sino también a la exposición de sustancias tóxicas como el benceno y el tolueno. (2008 Guralnik Ornish, Lin et al., 2008).

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Siendo así, lo ideal es realizar ejercicio físico con una frecuencia aceptable, con el fin de mantenernos sanos y jóvenes por mucho mas tiempo.

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