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¿Quién no ha sentido alguna vez ganas de quedarse en casa y no hacer actividad física? Todos tenemos días mejores y peores que otros. Conoce 6 hábitos que te ayudaran a ahuyentar la pereza de tu cuerpo.

Tu has tenido un día horrible, dormiste mal, el trabajo el día de hoy fue agotador y debes salir de él pensando en si vas o no vas al gimnasio. En ese momento, es en donde piensas que sería mejor descansar y quedarte en casa, así que tus ganas de entrenar, quedan reducidas en el sofá. Cuando esto ocurre muy esporádicamente, por lo general no causa ningún problema considerable para tu entrenamiento. El problema es que si esta pereza se presenta frecuentemente, más de una vez a la semana. En este caso, ten mucho cuidado.

Mantener la frecuencia de tu rutina es esencial para llegar al éxito. Por lo tanto, hemos elegido 6 motivos que puedes tener en cuenta para que expulses la pereza de tu cuerpo, si esta intenta apoderarse de ti.

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1. Ver tus fotos antiguas:

Esto es algo que funciona para las personas que han estado entrenando durante más tiempo y sus cambios ya son visibles. Ver cómo estabas un tiempo atrás, darte cuenta cómo tu cuerpo ha mejorado y cómo ha llegado a alcanzar un mejor aspecto. Esto probablemente va a crear en ti varios sentimiento de motivación, recordando el esfuerzo que has dedicado a todo esto, de todas las veces que te negaste a probar comida muy deliciosa, pero que no era parte de tu dieta y que podría llegar a retrasar tus resultados. No hay nadie que no se motive de esta manera.

2. Hacer una lista de razones:

Nosotros somos nuestros propios hábitos, así que, tenemos que poner atención a esto. La palabra motivación proviene de la razón, por lo que necesitas saber lo que realmente estas buscando con cada uno de tus entrenamientos. Debes tener motivos para superar la pereza y no dejar a un lado tu entrenamiento. Crea una lista y llévala siempre de la mano, de esta manera cuando sientas desaliento, la puedas leer y hacer que vuelva tu fuerza de voluntad.

3. Establecer un castigo apropiado para los días que no entrenas:

Nada es más eficiente que una “multa” para situaciones de pereza. Por ejemplo, si se pierde una sesión de ejercicios por culpa de la pereza, tendrás que hacer un entrenamiento adicional en la semana, en un día de descanso. No comer ese delicioso postre con el que estabas contando las horas para probarlo en tu “comida trampa”. O bien, tendrás que pagar una “multa” con dinero para alguien cercano a ti, como tu entrenador o tu compañero de ejercicio, o tal vez tu esposo/a. Estoy seguro de que siempre tendrás una razón para no faltar ningún día.

4. Recuerda lo que sentimos cada vez que finalizamos una rutina:

Supongo que alguna vez abras sentido esa sensación de haber conseguido un logro cada vez que terminamos una rutina de manera satisfactoria. Así que, trata de recordar siempre lo bueno que es y ten presente continuamente ese sentimiento. Por supuesto tendrás más energía y aumentaran tus ganas de entrenar.

5. Tener un “perro guardián”:

Una persona que te motiva a entrenar es la mejor manera de no eludir ningún tipo de ejercicio. Frecuentemente esa persona es alguien cercano a nuestro entorno, esto es de gran ayuda y más si ambos realizan sus rutinas de entrenamiento al mismo tiempo.

6. Ver vídeos o leer textos de motivación:

Puedes encontrar en diferentes sitios motivaciones para continuar con tu entrenamiento, desde libros, vídeos, testimonios o incluso canciones, las cuales pueden ser de gran ayuda para ti y llegar a tener efectos positivos. Puedes sacar un poco de tu tiempo para esto, especialmente en los días de descanso.

La motivación es un sentimiento, algo interno, pero puedes estar seguro de que con algunos de estos hábitos, aumentaras tu motivación para continuar y ser más fuerte que cualquier pereza que trate de interponerse en tu camino.

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