La práctica de crossfit y en general del deporte está ligada íntimamente al mundo de la nutrición y es a partir de aquí que se crean mitos (sobre qué comer para hacer crossfit), que la mayoría de veces se toman como verdades absolutas.
Para empezar, nuestro organismo dispone de varias vías y fuentes energéticas que utiliza en menor o mayor proporción dependiendo de la actividad física que realicemos y otras variables; entonces, existen 3 tipos de vías de las cuales disponemos:
– Vía oxidativa: donde la grasa es la principal fuente de energía para el cuerpo y actúa en ejercicios de baja intensidad (principalmente) donde el tiempo de duración es más o menos prolongado.
– Vía glucolítica: el cuerpo saca la energía mediante el colapso o ruptura del glucógeno (moléculas de glucosa) y actúa cuando realizamos ejercicios de intensidad moderada e intensidad alta.
– Vía fosfórenla: cuando el cuerpo gasta la energía de la creatina fosfato (almacenada en el músculo esquelético), permitiendo máximos esfuerzos de muy corta duración (inmediatos).
Después de esta breve explicación técnica (demasiado a decir verdad); el principal combustible para el cuerpo en la práctica de este sistema de ejercicios llamado “crossfit” es la glucosa, que en estos casos se acumula en los músculos y se obtiene de los hidratos de carbono.
Así que piensa de manera inteligente una buena estrategia de alimentación:
#1 Donde las comidas tengan un buen porcentaje de HC (hidratos de carbono) para consumirlas especialmente antes y después de los entrenamientos.
#2 También es importante la ingesta de proteínas para poder reparar los músculos y posibles lesiones que se puedan presentar cuando realices los movimientos.
#3 Por último un porcentaje correcto de grasas para completar las comidas.
Es de esta forma en que debes comer para hacer crossfit y de la misma forma, hacer un seguimiento nutricional pues cada cuerpo es diferente y cada persona requiere necesidades específicas.