El entrenamiento de las mañanas o en ayunas era un tabú, hoy en día no sólo está más aceptado y, en ciertos casos, se recomienda saltarse ciertas comidas como el desayuno, incluso, el almuerzo, sino que se ha evolucionado en este concepto de entrenamiento llamado Ayuno Intermitente.

Comenzar un entrenamiento de este tipo, es recomendado que dicho entrenamiento de mañanas, esté llevado de la mano por un nutricionista con conocimientos deportivos.

TEORÍA.

En 1988 se demostró que permanecer largos periodos sin consumir alimentos (entre 24 y 48 horas), el organismo comienza a producir picos más altos de GH (Hormona del crecimiento).

Por lo consiguiente producía un aumento de pérdida de grasa, un mantenimiento de la masa muscular, e incluso podría permitir que la masa muscular aumentara.

EXPLICACIÓN DEL DILEMA.

Para explicarlo, tenemos que tener en cuenta otras hormonas, como el cortison, la insulina y la grelina.

Al despertar en las mañanas, los niveles de cortisol y grelina son elevados, mientras que los de insulina están muy bajos.

El hecho de tener mucho cortisol y poca insulina, moviliza las grasas, mientras que si la presencia de la insulina es más elevada, favorecemos la acumulación de grasas.

Si quieres perder peso, abstente de tomar carbohidratos en el desayuno.

En cuanto a la grelina, los niveles elevados de esta, favorecen la liberación de GH de las 3 horas de vigilia. Lo cual, como te mencione antes, te puede ayudar a disminuir la grasa coporal y mantener la masa muscular.

DEDUCCIÓN.

Podemos realizar una afirmación, y es que retrasar el momento del desayuno, puede ser ventajoso para la pérdida de peso y actividad física muscular.