¿Cómo el frío puede ayudarte a perder peso?
Lo que más se comenta en esos días fríos es
Lo que más se comenta en esos días fríos es… “que pereza ir a entrenar”. Está bien, es cierto que no es muy agradable salir de tu casa cuando la temperatura está en contra tuya, y cuando el frio esta al acecho, pero… ¿sabías que estás perdiendo una gran oportunidad para perder peso?
Ahora, supongo que estarás impresionado/a y estarás pensando ¿Cómo así, si en invierno siempre aumento de peso?
Ah, pero tú ya debes saber que la razón del por qué engordamos, se debe a que comemos más calorías de las que quemamos ¿no? ¡El frio no engorda!… Sigue leyendo y veras que tan beneficioso puede ser el frío para aquellos que necesitan reducir algunos kilos extras.
El frio y el gasto calórico orgánico:
Nuestro organismo con el fin de mantener el funcionamiento correcto de los sistemas y los procesos metabólicos necesita una temperatura corporal relativamente estable (36-37 °). Para que esto ocurra, estamos dotados con un mecanismo de termorregulación, es decir, fuimos preparados por la madre naturaleza para mantener la temperatura de nuestro cuerpo. Y por increíble que pueda parecer, gastamos más energía para mantenernos climatizados en el frio, de lo que gastamos para mantenernos refrescados en el calor.
El mecanismo de termorregulación puede aumentar hasta 3 veces la tasa metabólica (RMR), donde toda esa energía producida por la quema de calorías se convierte en calor.
Cuando nos exponemos al frío, el equilibrio térmico del cuerpo es solicitado debido al aumento de las tasas de pérdida de calor a través de los procesos de radiación, conducción y convección. En este punto, el mecanismo de termorregulación entra en acción, estimulando al organismo a una mayor liberación de hormonas de tiroides y norepinefrina, acelerando nuestra actividad termogénica, elevando el consumo de oxígeno en las mitocondrias, donde la grasa es metabolizada, generando calor como resultado final.
¡Mira qué maravilla! Quemar más grasa sin hacer nada. Pero el problema esta vez, es que este aumento del consumo calórico, también estimula los centros del apetito, para que comamos más en busca de más calorías, no sólo para reponer esta energía gastada, también para guardar una reserva de energía y esta reserva, se convierte en más grasa corporal. De nuevo, el punto es la disciplina constante en términos alimenticios, para no ingerir calorías en exceso.
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Frío como ergogénico:
Ergogénico, por definición, sería algo que nos ayudaría a realizar cualquier trabajo. En el caso del frio, hemos visto anteriormente que se puede utilizar como un ergogénico, que impulsa al cuerpo a una mayor quema de grasa. Otro lado bueno del frío, es la alta producción de melatonina, facilitando un mejor sueño todos los días.
Pero, ¿y el frío en relación con el rendimiento físico? Se sabe que la exposición al frío y el posterior enfriamiento de un grupo de músculos provoca una reducción de fuerza y de potencia (Haymes, 1986). Por otro lado, climas fríos o la exposición al frío antes de iniciar el ejercicio puede traer efectos ergogénicos, aumentando nuestra liberación de hormonas tiroideas y norepinefrina.
Después de leer esto, supongo que ya no tendrás excusas para ir al gimnasio y preferirás hacer tu rutina completa, teniendo en cuenta los beneficios que obtendrás al realizar ejercicio físico en climas poco cálidos.
Fuente: http://www.dicasdetreino.com.br/