fuente: columnazero.com
La depresión o el trastorno depresivo, se caracteriza por ser un tipo de trastorno del estado de ánimo y, como su nombre lo indica, afecta el estado de ánimo. Hace que las personas lleguen a ser apáticos, sin energía y con muy poca motivación para realizar las actividades que a diario tienen que cumplir.
La práctica del ejercicio físico puede ser una alternativa saludable para combatir esta enfermedad. Es por esto que a través de este hábito regular, habrá un aumento en la energía y una trasformación del estado de ánimo.
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Entendamos un poco más acerca del proceso fisiológico que se produce en nuestro cuerpo:
Al iniciar el ejercicio físico, se producirá un estado general de excitación en el cuerpo. Esto incluye todo, la activación del metabolismo cardiovascular, cambios endocrinos en el cerebro, alteraciones hormonales y algunos cambios fisiológicos que se producen en todo el cuerpo. Por lo tanto, todas estas alteraciones darán lugar a diversos cambios en nuestro cerebro, favoreciendo cambios positivos en los estados de ánimo. En todo este proceso, hay una sustancia que es el gran protagonista de la historia: la endorfina. Cuando estamos practicando un ejercicio en el caso de la carrera, nuestro cuerpo libera una mayor cantidad de endorfinas, una hormona producida por la glándula pituitaria la cual es responsable por la sensación de alegría y relajamiento. Cualquier ejercicio físico indica la producción automática de endorfina. Sin embargo, la carrera es un ejercicio aeróbico, además, por ser más intenso, hace que la sensación de bienestar derivada por producción de la hormona, sea aún más fuerte. Por otra parte, cuanto más tiempo practiquemos el ejercicio, nuestro cuerpo producirá la endorfina en mayor cantidad, generando cada vez más energía y entusiasmo al deportista.
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Puede parecer controvertido decir que salir a correr, algo que sabemos que va a exigir un desgaste de calorías y por lo tanto de energía, nos dará exactamente, más energía y entusiasmo. Cuando realizamos una hora de corrida u otro tipo de ejercicio aeróbico, también tendremos una reducción temporal de energía, como también, una reducción en la tensión y en el estrés. Por otra parte, después de recuperarnos por completo de un entrenamiento, habrá un resurgimiento de fuerza, potencia y resistencia. Después de la actividad, es común que una persona se sienta cansada, con menos energía, esto es por un efecto de adaptación en su propio cuerpo. Pero después de un tiempo de recuperación, la persona se sentirá con más energía y más resistente, esto, siendo fuertemente impulsado por la actividad realizada.
Por lo tanto, la endorfina hará que la persona, después de hacer ejercicio, se encuentre más relajada y tranquila, dejando el estado de ánimo cada vez más estable para aquellas personas que practican una actividad física con regularidad. Lo más importante, dejando ese desaliento y esa apatía a un lado, la cual es una característica de la depresión.
Sin embargo, hay que señalar que no es conveniente que una persona diagnosticada con depresión abandone el tratamiento (sea psicoterapia, un psiquiatra o ambos) limitándose solo a la practica de correr. Lo más adecuado es que se utilicen todo los beneficios de salir a correr, para así, potenciar los resultados obtenidos con los tratamientos convencionales.
Fuente: http://www.dicasdetreino.com.br/