Es bastante claro, que de existir un teletransporte facilitaría en gran medida el tiempo de todas las personas, sin mencionar el hecho de no tener que preocuparse por atascos en las carreteras o las llegadas tarde.
A pesar que aún queda mucho por delante para llegar a crear tal dispositivo, nada impide que los científicos trabajen en ello. También se debe tener en cuenta que debe ser tomado desde varias perspectivas, debido a que cuando se habla de teletransporte, siempre se piensa en problemas físicos, cuánticos o de ancho de banda.
Pero existen muchos otros problemas sobre los que investigar. Es por ello que un equipo de la UC Davis se preguntó ¿Qué efectos tendría teletransportarse en el cerebro?
Para tratar de resolver esta pregunta, el equipo utilizó los datos obtenidos a varios pacientes por medio de encefalogramas. De esta manera estudiaron la manera como aprendemos a movernos por lugares y rutas, la forma en cómo memorizamos y recordamos posteriormente.
¿Qué reveló el estudio sobre el teletransporte?
El cerebro humano realiza cada una de las acciones del cuerpo por medio de ondas cerebrales, y aquí es donde surge el primer problema; estas ondas, por su localización suelen ser difíciles de detectar con precisión. Para solucionar esto, se utilizó como sujetos a pacientes con una grave forma de epilepsia, los cuales tenían electrodos implantados dentro de sus cerebros.
Gracias a estos electrodos se podía saber dónde iniciaba la actividad epiléptica con gran precisión. Partiendo de esto sometieron a los pacientes a una prueba bastante sencilla, se les solicitó que navegaran a través de un paisaje urbano en la pantalla de un ordenador. En algunos puntos entraban a un teletransporte, donde la pantalla quedaba en negro durante un periodo de tiempo largo, hasta que aparecía en un nuevo lugar.
Lo que interesaba a los investigadores era lo que ocurría durante ese lapso de un lado a otro. Los resultados permitieron constatar que a pesar que el ritmo producido por las ondas cambiaba, el teletransporte no interrumpía para nada a estas.
Obviamente se trata de una emulación por lo cual la investigación no es del todo concluyente. Por lo tanto, en cierta medida, todavía es incierto de si realmente ocurriría algo con un teletransporte real, pero con este experimento se abre un camino con el que se puede estudiar la posibilidad de desconectar al cerebro del contexto en el que se encuentra.