Es un hecho, dos diferenciadores de gran magnitud hacen la industria moderna más competitiva y eficiente. El primer diferenciador es la búsqueda de la Satisfacción Total del Cliente. El segundo diferenciador es la Eficiencia en la Manufactura y las Operaciones.
Cuando hablamos de Eficiencia, no nos estamos refiriendo a la tesis de “Hacer más con menos”. Esta tesis es totalmente válida para escenarios enfocados en el rendimiento y aprovechamiento de los recursos. En este caso nos estamos refiriendo a la Eficiencia que proporcionan dos actores que conjugan el corazón, el núcleo de la transformación industrial. Estos dos actores más que nunca cobran una vital importancia; El primero es el Ser Humano, el segundo es la Maquina. Estos dos deben ser vistos como un conjunto, como un todo, como un complemento.
Hemos cometido el error de no hacer parte fundamental de los procesos al Ser Humano, pensamos que un libro con teoría reemplaza el conocimiento técnico, practico, vivencial de lo que realmente sucede en una planta de producción y que jamás se documenta.
Parte de ello es pensar que mientras más rápida sea la maquina más unidades produce, muchas de las compras tecnológicas se basan en criterios tan primitivos como ese. Luego, cuando la maquina está funcionando se dan cuenta que compraron un “Ferrari” para andarlo en camino destapado. Maquinas funcionando al 30 % de su velocidad por que no tienen las condiciones externas adecuadas para sacarle el mejor rendimiento, maquinas que solo trabajan el 40 % del tiempo porque la capacidad instalada no fue vendida ni proyectada correctamente, maquinas que gastan más en repuestos que lo que generan en su proceso de transformación.
La Eficiencia debe ser el resultado de hacer las cosas una vez y bien hechas.
Uno de los grandes obstáculos en el crecimiento de las compañías radica en no tener claridad en la eficiencia real de sus procesos y su mano de obra.
Encontramos situaciones tan simples como lograr un 90 % de eficiencia, contratando 3 personas que con eficiencias del 30 % cada una logran llegar a lo que una sola personas motivada, entrenada y comprometida podría lograr.
“No es necesario tener 3 personas al 30 % de eficiencia cuando puedes tener un recurso humano motivado al 90 % de eficiencia “. De ahí los costos operacionales muchas veces hacen inviable un proyecto o un posible crecimiento sostenido.
Las ineficiencias en los procesos son producto del desconocimiento de sus procesos y operaciones. Cada vez más es evidente la suma de operaciones a procesos que no lo ameritan, por ejemplo, mayores recorridos, mayores arrumes, mayor falta en la rotación de producto, altos inventarios estáticos, compras que no se compadecen con la demanda, negociaciones puntuales y no permanentes, definiciones y aprovechamientos de los metros cuadrados de la organización.
Cuando hablamos de Eficiencia en Manufactura, Eficiencia en las Operaciones industriales, el factor fundamental está en la planificación de las actividades y en la oportunidad de darle al trabajador todos los recursos para que sus tiempos y movimientos sean menores.
En promedio la sumatoria de micro tiempos perdidos por esperas innecesarias en un proceso le cuestan a la industria promedio el 23 % de la facturación que deja de percibir por no rotar un producto terminado a tiempo.
Cristian Murillo Villegas, Creador de La Filosofía Lean Power Management, “La revolución de los Procesos y las Personas”.Lean_Power@yahoo.com LinkedIn: Cristian Murillo Villegas Medellín – Colombia