“Ahora que soy un líder, me temo que la gente piense que soy un fraude”. Muchos líderes con diferentes grados de experiencia tienen una cuota de este sentimiento. En el corazón de este dilema es la transición de ser un “hacedor con la experiencia” a un “líder con visión.” Este cambio, que rara vez es fácil, varía en función de la empresa, la posición y la cantidad de la responsabilidad que tiene dentro de su organización. Cuando usted asume posiciones de liderazgo que lo llevan más lejos de las tareas del día a día, este sentimiento puede llegar a ser cada vez más pronunciado.
A principios de su carrera, su autoestima está ligada con frecuencia a los logros individuales, de hacer su marca por ser un hacedor y la entrega de resultados. Hay salidas se pueden señalar con orgullo, y usted es capaz de salir al final del día con una sensación de logro.
Cuando la transición a un papel de liderazgo el valor que usted proporciona no es tan obvio. Su trabajo a menudo no proporciona los mismos resultados tangibles, que pueden crear tensión interna y la inseguridad. No es raro que las personas que ocupan puestos de liderazgo para salir al final del día se pregunten, “¿Qué es exactamente lo hice hoy?”
Porque ser un líder requiere que usted separe su atención a través de una amplia variedad de temas de negocios, es imposible ser un líder eficaz y un hacedor de tiempo completo. Por lo tanto, es esencial para restablecer las expectativas de donde se puede agregar valor.
A continuación se presentan seis estrategias para hacer la transición de hacedor a verdadero líder.
- Definir lo que parece el éxito de su equipo y compartirlo de manera amplia y coherente.
Intente escribir su definición de éxito en una tarjeta de 3×5. Esto asegurará que es tangible, centrado y fácil para usted y su equipo de recordar.
- Establecer expectativas claras para cada persona de su equipo.
Esta es una parte esencial de ser un líder, pero a menudo se pasa por alto. La gente ansía una comprensión clara de lo que se espera de ellos, especialmente los empleados que son nuevos en la empresa.
- Haz las paces con el hecho de que no se puede saber todo.
El aspecto más subestimado de ser un líder es que usted no tiene que saberlo todo. Esto debería ser un alivio. Cuanto más cómodo se está confiando en los demás y reforzar sus áreas de especialización, más fuerte y cada vez más potente su equipo será.
- Apoye a su equipo y sus colegas, ayudándoles a resolver problemas.
La ejecución de un negocio eficiente requiere que su equipo sea capaz de resolver de manera eficaz y con confianza los problemas cotidianos que surgen inevitablemente. El mayor regalo que puede dar es dejar claro que está disponible para ser una caja de resonancia en calma constante.
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- Haga preguntas inteligentes que provocan visión y acción.
Es un instinto común simplemente decir a los miembros del equipo qué hacer, después de todo, ¿no es eso por lo que les está pagando? Pero no hay que subestimar el valor de preguntar en lugar de exigir. Al hacer preguntas abiertas, se potencia a su equipo para mejorar las prácticas existentes y crear soluciones innovadoras.
- Eliminar la confusión en la limpieza de obstáculos.
Como líder, parte de su trabajo es anticipar posibles problemas en la línea y crear planes de contingencia para que su equipo esté preparado para manejar esos inconvenientes a medida que surgen.
El liderazgo efectivo es difícil de lograr; es difícil dejar de lado su hacedor interior. Sin embargo, cuanto más se inclina hacia los principios de liderazgo anteriores, podrá aportar mayor valor a su equipo y organización, más satisfecho estará con su trabajo y cuanto menos se sentirá como un fraude.